Capítulo 24: "Fíjate tú"

Vaya semanita. Pero por fin nos habían dado las vacaciones, se acabó. Por un tiempo. La relación con mi padre no mejoró, con mi hermana no me hablaba y Hugo era lo único que me hacía sonreír. Un momento. No puede ser que todavía  no os haya dicho quién es Hugo. Que fallo. Hugo es un chico de diecisiete años con el que he empezado a hablar todas las noches. Ya lo conocía pero nunca habíamos hablado como ahora. Bueno, nunca habíamos hablado. Es un chico muy majo, divertido, atento y toca la guitarra. Uno de mis sueños. Con deciros que he escrito una historia sobre él. Como lo leéis. Me ha inspirado para el concurso autonómico de literatura al que me presento. He sacado una historia de nueve páginas, la cual le ha gustado mucho. Él también suele escribir, así que se va a presentar también, pero todavía  no ha escrito nada. Llevábamos hablando ya un par de semanas, así que como ya estábamos de vacaciones decidimos quedar. Él vino aquí. Es de un pueblo al que yo solía ir mucho. Está a diez minutos. Trajo su guitarra y Carol llevó la suya. Por pasar el rato. Esa tarde quedamos Carol y su novio y Hugo y yo. Una cantada en toda regla. Cuando llegó nos fuimos al local de Carol. Hugo afinó la guitarra de mi amiga y tocó algo. El novio de Carol también sabía tocar la guitarra pero estaba algo perezoso. Hacía mucho frío y nos cogimos unas mantas para taparnos. Hugo y yo estábamos sentados en un sofá tapados con una de las mantas y Carol y su acompañante estaban sentados al lado con otra. En un momento, los dos se levantaron y fueron a una especie de habitación que nadie usaba.
- Vamos un momento a...colocar la manta- dijo Carol.
- Ya, ahora se le llama colocar la manta- dijo Hugo. Nos reímos.
Siempre hacían lo mismo. ¿No podían estar un rato sin darse un beso? Siempre que quedábamos hacían escapaditas en mitad de la tarde. Ellos verán. Hugo y yo nos quedamos solos, debajo de la manta que, aún que no quitaba mucho el frío, se agradecía. Nos pusimos a hablar cuando Carol salió de la habitación y nos apagó la luz.
- Vais a estar aquí gastando luz...si hombre.
Perplejos nos quedamos. Solo se nos ocurrió reírnos. No era lista la tía ni nada. Hablamos como un minuto más. Estábamos un poquito tontos, ya me entendéis. De repente, yo miré al frente y Hugo me besó. Fue un beso inesperado pero esperado a la vez. Los dos sabíamos que pasaría. Sonreí. Fue genial. La verdad es que Hugo me estaba empezando a gustar. Hablábamos mucho y me parecía un chico impresionante. Estuvimos un rato allí, en medio de ese frío, juntos y tapados por la manta. Hizo que me riera un  par de veces y hasta nos enfadamos. Pero ya sabéis, enfados tontos entre risas de "joder, como me encantas". Después de eso, fuimos a un bar a tomar algo. Estuvimos charlando y algún que otro beso calló. Carol y su chico estaban entretenidos con unos amigos y su móvil, así que yo me fui a acompañar a Hugo a la parada de autobús. Nos sentamos allí y charlamos de nuestras cosas. Sacó su móvil y me enseñó cosas, para entretenernos. Vídeos, fotos... una foto mía.
- ¿Y eso?
- Es que me gusta mucho y dije, pues para mi.
Sonreí y le besé. Que mono era. Ahora yo también tenía algo para acordarme de él. Una púa de guitarra negra del Hard Rock de Roma. Era genial. En veinte minutos llegó el autobús. Nos despedimos y me fui a casa. Hacía ya tiempo que no volvía a casa con una sonrisa. Llegué un poco tarde, ya habían cenado. Pero en fin, tarde para ellos. Cenamos muy pronto. Demasiado pronto. Pasé de rayarme la cabeza con mis padres y me fui a mi habitación. Puse música y saqué la púa del bolsillo de la chaqueta. Me senté en la silla de mi peculiar forma y la observé entre mis dedos. Era un bonito detalle. Precioso. Me gustaba mucho. Casi tanto como él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario