Capítulo 29: "Amigos"

- Eh, eh, eh- dijo Lucía mientras se separaba un poco de mi.- No te voy a permitir que llores, ¿entiendes?
Asentí con la cabeza. Me poyé en la mesa a gastar las últimas lágrimas que me quedaban. Entró la profesora. Lucía se fue.
- Casandra, acaba de entrar la profesora y te está mirando- dijo Ainoha.
Me incorporé solo un poco cabizbaja mientras me secaba las lágrimas. Llegó Carol. Me puse contra la mesa de nuevo.
- ¿Qué le pasa a esta?
Ainoha movió la cabeza como queriendo contestar con un "nada" mientras me ponía la mano en la espalda. Más tarde se lo conté. Se quedó un poco fría y luego me preguntó por Hugo. Hablamos durante un rato no recuerdo ya en qué clase. Ya lo sabían más bien todas. La mañana no fue muy buena. No me enteré de nada durante todas las clases que tuvimos y había momentos en los que me quedaba mirando fijamente a un punto en el suelo, pensando... y las lágrimas se apoderaban de mis ojos de nuevo. Entonces reaccionaba y me estremecía en mi silla. Durante toda la mañana tuve apoyo de mucha gente. Todos me notaron un tanto rara. El pequeñín, que es un buen amigo con el que llevo compartiendo clase tres años, no paró de preguntarme que era lo que me pasaba y por qué estaba tan enfadada. Otro de mis amigos de la infancia, que se sienta a mi lado en matemáticas, me dijo lo siguiente.
- Casandra, hoy no eres tú eh.
- Qué no soy...
Aluciné. ¿Tanto se me notaba? Pues sí. Estaba demasiado apagada, no hablaba, no me reía... tampoco quería. Tampoco tenía fuerzas para hacerlo. A cuarta hora teníamos educación física. Baloncesto. Lo odio. Y más ahora que es el deporte estrella del que me ha arruinado. Hicimos cuatro equipos, como siempre. A dos canastas, salía el que perdiera y entraba el siguiente. Solo jugamos un par de veces. En mi equipo jugaba el pequeñín. Nunca le cuento nada, no hablamos mucho fuera de clase porque es de otro pueblo, pero él sabía más o menos lo de este... espécimen. No sabía todo lo que había pasado en estos últimos meses pero si sabía lo ocurrido en un principio.
- Tía, estando así me das miedo.
- ¿Y cómo quieres que esté? ¡Si sois todos iguales!
Hablábamos con alguna sonrisa de vez en cuando mientras el andaba hacia atrás y yo le perseguía.
- ¿Y yo que culpa tengo? Grita o algo, yo que sé.
- ¿Que grite? ¿Estás tonto?
- ¿Por qué no?- dicho esto se puso a gritar.
- Oye pues...- grité en medio del pabellón. El pequeñín me siguió. Vaya risas que nos echamos. Hacía un poco de frío y estaba en manga corta gritando en medio del campo, cosa que luego me pasaría factura. Pero me vino bien. Que chico. Acabamos de hacer gimnasia. Bueno... para lo que hice, no sé ni como llamarlo. Por fin terminó la mañana. Terminó y salimos. Allí estaba Sara.
- ¿Estás mejor Cass?
Le asentí con una pequeña sonrisa. Me dio un beso. Increíble como estaban encima mía hoy. Sabían que lo necesitaba. Ainoha me dijo que quería que saliera hoy. Lucía la apoyó y Carol, que sale siempre, no puso reparo. Los amigos son lo mejor que se tiene en momentos así. Creo que pocas veces he estado de esta manera, por no decir nunca.
- Bueno, tú entonces sales, ¿verdad?- dijo Ainoha.
- No lo sé. Tengo que ir a comprar unas cosas a la librería así que...
- Yo me quedaré en casa haciendo una cosa...- dijo Sara de repente.
La calé enseguida.
- Sales y punto. Luego hablamos por Tuenti y quedamos. ¡Me voy que pierdo el bus!- dijo Ainoha mientras se iba.
Me di la vuelta y caminé con Celia, Sara y Carol. Me haría bien salir. Por lo menos no estaría toda la tarde pensando en cosas que no debería de pensar. Me distraería un rato. Joder, ya lo estaba pensando otra vez. Había momentos en los que estaba hablando con las chicas y mi cabeza se iba al "¿por qué?, ¿por qué?, no me lo creo, imposible". Recordaba los hechos sin ni siquiera darme cuenta. Solo tenía insultos hacia su persona. En el cruce de calles, Celia y Sara siguieron recto tras la advertencia de que me pusiera bien o me matarían, y yo seguí con Carol hasta el portal de mi casa. Estuvimos hablando unos minutos sobre el tema y sobre Hugo. A Carol le interesaba mucho el tema "Hugo", ya que se llevaba muy bien con él últimamente. Tiempo al tiempo. Nos despedimos y subí las escaleras. Me paré. Me agaché un poco apoyándome en uno de los escalones y resoplé. Me pasé las manos por la cara, un gesto que había sido bastante habitual hoy. Buf, que mañanita.

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