Capítulo 7: "Acción, reacción"

Le estuve dando vueltas durante toda la clase. ¿Sería en plan de coñas o lo diría en serio? Bah, paparruchas. ¿Cómo me puedo preocupar por eso? Vaya tontería. Me centré en los ejercicios de biología. Cromosomas. Tardamos poco en hacerlos casi todos. Cuando faltaban diez minutos decidimos que estábamos lo suficientemente cansadas como parar de hacer ejercicios.
- ¿Podemos recoger ya?
- Mmm...vale, podéis recoger.
Como amo a esta profesora. Es como la gemela buena de Yolanda "A". Los de 4ºB estaban fuera. Desde nuestra clase se ve todo el patio. Acaban de terminar gimnasia. Celia estaba allí. Me acerqué a la ventana con la mochila ya puesta mientras todos estaban esperando a que el timbre tocara en la puerta. La profesora ya nos había dicho que no nos asomáramos por la ventana. Le empiezo a poner caras a Celia. Se ríe y me contesta poniendo caras también. La profesora me mira.
- Dijiste que no no nos asomáramos y no me he asomado.
Me mira sin decir nada, como sabiendo que tengo parte de razón. Sonrío y le pongo una última cara tonta a Celia. Me voy riendo hacia la puerta. Allí está Carol. Carolina. Amiga desde los tres años. Nuestras madres se llevan genial. He ido a dormir muchas veces a su casa. Somos buenas amigas. Ahora va un poco a su bola, se ha buscado su propio estilo, pero no dejamos de ser amigas.
- ¿Sales esta tarde?
- No puedo. Tengo judo a las seis y antes he quedado con el otro para dar una vuelta.
- Vale, pues entonces nos vemos el Sábado si quedas por aquí.
- Sí, el Sábado nos vemos.
Ya habíamos quedado. Más o menos. Siempre que decimos eso casi  nunca nos vemos. Es una putada que los Viernes tenga judo. Nunca podemos contar para nada con ella ese día y los cumpleaños siempre hay que retrasarlos al Sábado. Cumpleaños. Cuatro meses faltaban para el mío y ya estaba pensando en como celebrarlo. Los dieciséis son como los dieciocho en EE.UU. Bueno, no del todo. En EE.UU. con dieciséis años ya puedes conducir y como a mi me va mucho el rollo estadounidense me hacia ilusión celebrarlos como se merecen. Pensando en todo esto suena el timbre. Una masa de unas catorce personas salen a la vez por la puerta. A veces me pregunto como lo consiguen. Salgo y me apoyo en la pared a que pase mi compañera de mesa, Ainoha. ¿Por qué es siempre tan lenta? Ah sí, porque espera a la gente. Miro a la derecha. De la puerta del laboratorio sale Lucas. Bajo la mirada y aprieto los ojos con fuerza como queriendo expresar que no quiero que me diga nada. Intento fallido. Se acerca a mí. Levanto la cabeza.
- ¿Esta tarde saldrás?
- Por supuesto - intento sonar lo menos nerviosa posible. Sonrío. - ¿Tú?
- Tengo un rato antes de irme al pueblo - me apiado de él.
- Vale, pues nos vemos esta tarde.
- ¡Chao! - me guiña un ojo y se va.
Me quedo mirando como sigue caminando por el pasillo y sale por la puerta de la izquierda. Miro hacia el frente y bajo la cabeza. ¿Enserio? De repente me empujan. Como no.
- ¡Que estas atontada! - Ainoha se tira encima mía. - ¿Ya estabas pensando el el "churri"?
Reacciono.
- Aino, según tú, ¿cuántos "churris" tengo?
Las dos nos reímos y salimos por la puerta. Ya no queda casi gente y parece que hoy no ha habido pelea. Últimamente es un hábito que se peleen niños pequeños a la salida. Celia y Sara esperan. Me acerco a ellas y Ainoha me dice por detrás.
- ¿Quedamos hoy?
- Vale, ¡hablamos por Tuenti después!
Le doy un beso, cosa poco usual entre nosotras, y me voy. Me encuentro con otra de mis amigas de la infancia que viene corriendo con prisa hacia mi.
- ¿Esta tarde quedas? - pregunto.
- No sé, igual tengo que ir al pueblo, ¿te conectas a Tuenti luego?
- Claro, ¡hablamos!
¿Con cuánta gente había quedado ya esa tarde? En fin, algo me decía que iba a ser una tarde muy pero que muy larga.

1 comentario:

  1. Hola,preciosas letras van desnudando lentamente la pura belleza de este blog, si te gusta la palabra elegida,la poesía, te invito al mio,será un placer,es,
    http://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
    gracias, buen día, besos reposados...

    ResponderEliminar