Capítulo 5: "Vuelven las nubes"

Pasaron algunos días después de todo aquello. Quien me lo iba a decir. Que todo se iba a girar tan de repente. Que cuando parecía que el rayo de luz iba a asomar del todo se volvió a esconder. Y lo peor es que las desgracias nunca vienen solas.
Me encontraba esa noche frente al ordenador. Mi hermana veía un programa en la tele tumbada en el sofá de enfrente mía. A veces prestaba algo de atención a la tele mostrándome interesada por la respuesta que había dado el concursante. Ahí estaba yo. Tratando que no se me saltaran las lagrimas después de haber leído eso. Tuenti puede llegar a dar muy malas noticias. Me sentía traicionada pero todavía no sabía muy bien el por qué. Me puse algo nerviosa pero enseguida recuperé la compostura y volví en mí para contestar. Para mentir. El susodicho me acababa de explicar que quería intentar algo con su amiga. Hace unos días me había confesado que, al pensar en lo que le había dicho, se había dado cuenta de que el sentía lo mismo por mi. Mentira. Yo sabía muy bien que solo creyó quererme porque yo le dije que le quería. Seguramente en su cabeza lo mezcló todo y aun que fuera un "no", el diría que sí. Es así. Puede que por eso reaccionase de esa manera ante la noticia. Aun que luego pensé y me relajé. Acababa de tomar una decisión de un peso considerablemente alto en unos treinta segundos de tiempo. Olvidar. Y se lo dije. En parte. Le dije que sería mejor olvidar lo ocurrido y, si teníamos la ocasión de hacerlo con personas de por medio, mejor que mejor. Le mentí. Claramente. En ese momento no era lo que yo realmente pensaba, pero sí era lo único que le podía contestar si quería comenzar el proceso de olvido. La primera vez que le mentía. Y así fue.
Los siguientes días fueron más tranquilos. En ese fin de semana acudí a un cumpleaños en el que me di cuenta de la calidad de mis amigos. Últimamente a medida que paso más tiempo con ellos descubro en que aspectos valdrá contar con ellos y en cuales no. Me sorprenden. Y eso que suelo ser yo la de personalidad sorprendente...desde que me revelé. Mejor. Somos tan diferentes.
Me puse mala. No mala como para quedarme en la cama con fiebre pero si mala de un mal estar general que cada día iba a peor. Las desgracias nunca vienen solas. Cada día mi garganta se ponía peor y descubrí que cada vez que lloraba me dolía mucho más la cabeza. Y la cabeza me estaba doliendo demasiadas veces...Malo. No me gustaba para nada estar así. Pero en fin, no era eso lo que invadía mi cabeza dolorida, si no esa mentira que había contado. Repito, en parte mentira. Una parte de mi me decía que debía contarle mis planes de olvido. La otra parte me decía: "no lo hagas, pensará que no tienes sentimientos y que puedes olvidar a alguien en cero coma". "Él no es así" pensaba la otra parte. Entonces las dos partes en las que estaba dividida mi cabeza se ponían a hablar entre ellas mostrando sus opiniones y yo las dejaba a un lado. La emoción que yo exteriorizaba era de una rayada considerable. Pero en esos últimos meses había aprendido a sonreír aun que pensara que no tenía motivos. Porque muchas veces los motivos están ocultos y solo hay que buscarlos. Y no quería rayarme. Así que decidí hacerlo.

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