Capítulo 37: "Ajetreo"

Domingo por la mañana. Ya en casa. Por fin. Respiré tranquila en cuanto tiré las cosas en mi cama. Olvidar la noche anterior era lo único que quería. Pasaron muchas cosas después. Muchas. Cómo saber que esto solo era el principio. Empecé a hacer locuras desde ese día. ¿Por cuál empecé? Esa misma tarde decidí borrar el número de teléfono del susodicho, para evitar futuras estupideces. No me costó mucho y así lo hice. Su número de móvil y el fijo de casa. No sabía si me iba a arrepentir pero era lo que quería en ese momento. Estaba decidida a olvidar. Decidida, no capacitada.
Esa semana que empezó fue normal. Se habló de la noche anterior, claramente, y el tema de mi putada también salió a relucir. Las cosas todavía estaban muy recientes. Yo seguía hablando con Hugo. Le estaba muy agradecida por como se había comportado conmigo la semana anterior, por eso, decidí hacerle un regalo. Salí con Lucía una tarde y le compré un peluche muy pero que muy cuco. Ella le compró otro a Carlos. Genial. Le escribiría una pequeña nota y el Sábado se lo daría.
El Viernes, Ainoha, Lucía y yo le hicimos una tarta a Sara y nos bajamos a su casa con Carol. Jugamos a la Wii y nos comimos la tarta. Lo pasamos muy bien. Por lo menos mejor que el fin de semana anterior. Cada vez estábamos más unidas, nosotras cinco.
El Sábado vino Hugo a verme. También fue genial. Le di la sorpresa que tenía, la cual le gustó mucho. Todo iba sobre ruedas. Pasamos una buena tarde en compañía de Sara y Ainoha e incluso nos quedamos solos. Era la primera vez que pasábamos un rato a solas, sin nadie que estuviera con nosotros. Me dijo cosas muy bonitas a las cuales yo no supe responder. Quizá porque no lo sentía así o quizá porque iban en contra de mis ideales, como la palabra "siempre", por ejemplo. No lo sé. El caso es que no le correspondí aquella vez, más adelante sabría por qué.
Otra semana pasó. Lunes. Cumpleaños de Susana. Mi niña. Mi mejor amiga en la distancia. Le hice un collage muy chulo y le mandé un sms por la noche. Ojalá pueda verla pronto. Esa misma tarde tuve bronca con mi hermano. Llegó incluso a darme un par de hostias. Así, como lo digo. Un par de hostias. Odio cuando hace eso. Se cree mi padre... y no lo es. En absoluto. Quiere "educarme a su manera" como él dice y sabe muy bien que las cosas no son así. No ayuda. Para nada. En cuanto se fue de mi habitación me puse a llorar como una tonta. Tengo la extraña manía de acordarme de todo lo malo que me ha pasado cuando algo malo me ocurre. Por ejemplo en ese momento. Apoyé los codos sobre el escritorio y seguí llorando acordándome de esas dos últimas semanas. Lo que me hacía falta vamos. Genial todo.
Martes. Excursión a León. ¡Desahogo total! Estaba deseando que llegara esa excursión. Fuimos a ver un teatro en Francés y luego nos fuimos a un centro comercial muy grande que hay allí a comer. Quedamos con Lucas. Esa era la mejor parte. Cuando llegó nos alegramos mucho. Le dimos un abrazo y dos besos. Ya no recordaba su olor, pero huele muy bien. El Axe, que me mata. Estaba cambiado. Iba con uniforme porque acababa de salir del instituto. Le acompañamos a que comiera algo y así charlaríamos. En efecto, estaba cambiado. Más apagado, más sereno... no sé si eso era bueno o no. El caso es que, cuando acabó de comer, nos bajamos a la planta baja porque nos teníamos que ir no a mucho tardar. Nos despedimos de él con muchos abrazos y nos sacamos un par de fotos. Siempre tan cariñoso. A saber cuando volveríamos a verle. Me daba mucha pena. Se le echa mucho de menos. Después de esto, subimos al autobús y nos fuimos a un museo en el centro de la ciudad. Vimos un montón de chicos guapos. Si, lo importante es lo importante. Lo pasé realmente bien. Desconecté bastante. Menos en el autobús. Ahí, y con la música, pensé en muchísimas cosas. Cosas en las que no debería de pensar. Inevitable.
Miércoles por la noche. Aparece el susodicho de nuevo. Genial. ¿Pero que coño quiere? Me manda un mensaje privado al Tueni diciéndome que sabe de sobra que estoy mal y que le gustaría estar a mi lado. ¿Perdón? ¿¡Perdón!? Discutimos por eso. Por lo de siempre. Se cree que lo sabe todo de mi y no tiene ni idea. No le dejé que se quedase, ni mucho menos. No quería saber nada de él y menos tan pronto. No quería perdonar. Lo que me había hecho, para mi, no tiene perdón. Y nunca lo tendrá. Pero había un problema... me gusta sentirlo cerca. Pero sé muy bien lo que tengo que hacer. Diferenciar lo que quiero de lo que debo. No siempre se puede hacer lo que se quiere. A veces es mejor hacer lo que se debe para que al final las cosas salgan bien. Aquí nada iba a salir bien.
Viernes por fin. ¡Por fin! Fue una tarde de las que no había vivido en mucho tiempo. La pasamos con los chicos de toda la vida. Sara estaba en un cumpleaños pero al final nos juntamos todos en el pabellón de deportes del pueblo. No sacamos un montón de fotos en grupo y nos reímos mucho. ¿Por qué salimos tan poco con estos chicos? Si son geniales y de toda la vida. Llevan mucho tiempo con nosotras pero quedamos muy poco. Bueno, es que nunca quedamos.
Sábado. Ainoha y Sara vienen a cenar a mi casa. Estoy sola. Mis padres y mi hermana están en el pueblo y mi hermano se ha ido a Madrid a intentar arreglar las cosas con su novia. Amor a distancia. La historia se repite. También me lo pasé realmente bien. Bien no, espectacular. Cenamos y nos sacamos un montón de fotos. Adoro sacar fotos con la cámara nueva de Sara. Algunas quedaron muy pero que muy bien. Y editadas mejor aún. Lo que nos pudimos reír esa noche también. Pero yo no estaba a gusto. Yo. La que siempre tiene que hacer cosas que no debe. Me puede lo que quiero y dejo a un lado lo que debo. Le había enviado un mensaje privado al susodicho haciéndole un interrogatorio con un montón de preguntas. Necesitaba saber cosas, necesitaba sentirle cerca. Realmente lo hacía por eso. Sé todo lo que tengo que saber. Pero soy una cabezona. Mientras Sara y Ainoha seguían en la cocina sacándose fotos, yo iba respondiendo los mensajes que me llegaban. "Sabe que le necesitas", pensaba yo. La verdad es que no es esencial en mi vida, pero es una pieza con demasiada fuerza. Creo que al final me derrumbé. Al final de la noche. Cuando las chicas se fueron. ¿Por qué? Corté toda relación amorosa con Hugo. Así, como lo leéis. Decidido. No me gustaba Hugo. No quería mentirle más. Tenía muy claro quien ocupaba mi corazón, aún que sea una tremenda locura. En una misma noche. Todo en una misma noche. Hugo se lo tomó... en fin, normal de cara a mi. Le sentó mal de cara al mundo. Al parecer él pensaba que podía tener algo más conmigo. Yo debo de hablar para las paredes. Mil veces dije que no quería novios. En fin. Eso por un lado. Por otro, se lo espeté al susodicho. Le dije que había dejado lo que tenía con Hugo, que si estaba contento. No sé por qué narices le dije eso pero necesitaba soltarlo. Supongo que era él único que me estaba escuchando en ese momento. Casandra, cómo saber que todavía estás en el principio de tu larga etapa de problemas. Uno detrás de otro.

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