Capítulo 16: "¡Que no lo sé!"

Ni yo misma podía entender lo que me estaba pasando. ¿Cómo iba a poder explicárselo a él? Cada vez que me pedía algún tipo de explicación yo me agobiaba más y más. Como cuando el profesor de matemáticas te pregunta y repregunta una de esas largas fórmulas matemáticas que nunca lograste ni entender ni memorizar. Lo mismo. Así me sentía yo. No salía de mi el tratarle amablemente o simplemente el querer hablar con él. Y no sabía por qué. No sentía nada. Estaba fría. Ni pena, ni odio... nada. Por más que intentaba expresar el más mínimo sentimiento era incapaz de hacerlo. Como si de un día para otro, acondicionado por los sucesos, alguien hubiera apretado un botón en mí y me hubiera apagado sentimentalmente hablando. Completamente. ¿Por qué no dejarlo en que soy adolescente? Eso solía siempre arreglar muchas cosas. Demasiado fácil. Todo fue muy rápido. Él se comió mucho la cabeza. Yo me sinceré sobre lo poco que sabía sobre mí misma. Él se lo tomó como un final. Yo... cada vez me daba a entender peores cosas. Si no tenía nada claro sus pequeñas acciones tampoco ayudaban mucho. Tablón Tuenti. Su tablón. Canción. Canción de fin. Maldita Nerea. "Verso acabado, punto." ¿Qué entendía yo por eso? ¿Alguien me lo quiere explicar, por favor? ¡No! Es que no sé que narices hago intentando buscar una explicación a todo esto. ¿Para qué? Estaba todo muy claro. Más claro agua. Él también estaba deseando perderme de vista. Ahora que le había dado una pequeña opción, lo había pensado. Igual que al principio. El principio... No fue capaz de saber y descubrir lo que sentía por si solo. "Si yo no le hubiera dicho lo que sentía..." ¿Cuántas veces me he hecho esa misma pregunta? Al igual que ahora. Piensa sobre lo que le dicen, no sobre sí mismo. Tiene sentimientos en modo off. Hasta que alguien les va dando energía para que lleguen a modo on. Y ese alguien era yo. Y no una, si no dos veces. Pero esta iba ya a ser la última. ¿Qué más pensar? Ya no sabía que pensar. Solo sabía que no quería hablar con él, no quería que me agobiara con llamadas, no quería privados a las siete de la mañana, no quería que me dijese que estaba enamorado... porque era mentira. No mentira porque yo lo dijera, mentira porque salió de su boca. No de la mía. Sin más. Basta. Basta ya, ¿no? ¿Iba a darle más vueltas aún? ¡Que comedura de cabeza! ¿Estoy bien? No lo sé. No sé como me siento. ¡Es que no siento nada! Era como si los sentimientos en mi se hubieran esfumado. Solo la música me hacía reaccionar. "Llamadas, mensajes, aumentan las ganas de acortar un plazo, las ganas de besarte, de darte un abrazo..." "Entiende que no quise equivocarme, que no quise lastimarte, simplemente he comenzado otra vez..." Versos y frases. Frases y versos que no llevaban a ningún sitio. ¿A quién hacer caso? A mí misma. Claramente. Si estaba vacía por dentro no iba a ser yo la que intentara crear sentimientos artificiales. No. No ahora. Ni ahora ni nunca. No a partir de ahora. Había cosas mucho más importantes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario