Capítulo 21: "Se vuelve a equilibrar"

La semana rara ya había pasado. Y me había venido bastante bien. Era un poco rollo el ir a clase un día si y un día no pero no estaba cansada, cosa que agradecía. Reflexioné sobre la cantidad de exámenes que tenía la siguiente semana y que en la mayoría de ellos me jugaba la evaluación. Necesitaba subir dos cincos en ética y biología, tenía el examen de cuatro temas de matemáticas que, si lo suspendo, adiós evaluación, había hecho el examen de física y química y no me había ido muy bien por lo que estaba temblando con la nota, tenía el examen de dos temas de sociales, el único de la evaluación... ¡Socorro! Mejor no pensar en todos los exámenes que tenía y todas las posibilidades de piciarla que se me presentaban. Ir organizándose poco a poco era la solución. Al fin y al cabo, faltaba una semana y cuatro días para las vacaciones de Navidad. ¡Que ganas! Iba a ser genial. Cada año que pasa más geniales son las vacaciones. Este año me tocaba Noche Buena y Navidad en casa, Noche Vieja en casa de mis tíos y Año Nuevo en casa de mis otros tíos. Añoro el ir a Madrid en Noche Vieja... pero ya nada es lo mismo. Iré en Reyes y veré a mi grupo de música favorito, a poder ser con Sara. Eso me sacaba una sonrisa.
Las cosas iban bien. El tema "chico al que le confesé lo inconfesable" estaba zanjado. Desde el ultimátum no volvió a decir palabra del tema. Hablábamos de vez en cuando y si nos pasábamos dos o tres días sin hablar no le daba importancia. Por lo menos yo. A veces me acordaba de él pero era poca cosa. La clave estaba en que su recuerdo ya no venía a mi mente cuando apagaba el despertador. No pensaba en nada en ese momento. Supongo que me alegré. Mi cuerpo y mente ya estaba libre de amor. De eso si que me alegré. No necesito a nadie para sentirme completamente bien. Centrarme en mis amigos es la clave. Y en los que creo conocer y no conozco. Esos son bastante importantes. Varios de mis amigos no estaban bien últimamente. Ahora que mi vida se iba relajando la suya empezaba a ondularse. Yo he conseguido no rayarme tanto por las cosas y he aprendido a sonreír, pero es un poco imposible que ellos hagan lo mismo. Aún que yo estoy ahí para lo que necesiten, estoy contenta con mi trabajo de amiga.
La verdad, no estaba nada mal estos días. Lucas no me había prestado mucha atención y la verdad, yo a él tampoco. Mejor. No quería volver a caer en las garras de esa cosa a la que llamamos amor. Estaba tan agusto así. Libre. Pero libre completamente. Centrándome en lo verdaderamente importante y dejando a un lado lo secundario.
El Viernes hice un par de videos con Sara y una amiga. Nos lo pasamos bastante bien. El Sábado había partido. El clásico. Decidí no salir por la tarde para estudiar un rato y luego ir por la noche con la gente a verlo. Mis padres no me habían dado permiso pera tampoco me lo habían negado. Y como no estaban en casa... Fui a buscar a Sara y nos fuimos hasta el bar. Estaba lleno.
- ¿Y ahora que hacemos?
- No sé, esperemos a que llegue Carol.
Carol llego cinco minutos después. Le explicamos que el bar estaba lleno.
- Bueno, podemos ir a donde están los demás, igual no está lleno.
- Pues vamos.
- No... tenemos que esperar por Juan.
Su novio también venía. Esperamos por él y cuando llegó nos fuimos al otro bar. También estaba lleno así que Juan nos dijo que podíamos ir a su casa. Y así lo hicimos. La prima de Sara vendría más tarde. Una madridista en toda regla. Antes de subir a casa de Juan sacamos unas latas de la máquina de refrescos. Para mi un Nestea, que hacía mucho que no me tomaba uno. Subimos arriba. Yo nunca había estado en su casa pero seguro que Carol se la conocía perfectamente. Nos acomodamos en el sofá y Juan encendió la televisión. A los diez minutos de partido llegó la prima de Sara. Nos lo pasamos realmente bien. En el descanso bajamos a por más latas e hicimos el tonto con el teclado que tenía Juan en el salón. Cuando el descanso terminó volvimos al sofá. Al final no le prestamos mucha atención al partido. Nos centrábamos más en los comentarios graciosos que hacíamos. Fue una noche genial. Por cosas así es por lo que vale la pena tener amigos. Perdimos pero no decaímos. Nos fuimos todos a casa. Yo llegué y cogí el ordenador. ¿Os lo he dicho? Vuelvo a los concursos de escritura. Estoy con una novela. Es un concurso a nivel autonómico por lo que no tengo muchas posibilidades de ganar. Me falta poco para terminar la historia. Estoy muy contenta de volver a escribir en plan serio. Sí, estoy muy contenta con todo. Por fin las cosas se van asentando un poco. Y cuando pase esta semana, espero poder seguir diciendo lo mismo. Porque esta semana va a ser crucial... y no lo digo solo por los exámenes.

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